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Susana García Chueca lamenta el suceso de Ategorrieta, pero la II República además de "tener sombras" también ofreció "luz y esperanza"

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Susana García Chueca, portavoz del grupo juntero "Socialistas Vascos-Euskal Sozialistak"

La portavoz del grupo juntero “Socialistas Vascos-Euskal Sozialistak” en las Juntas Generales de Gipuzkoa, Susana García Chueca, no ha querido en su intervención esta mañana en el Pleno ordinario de las Juntas Generales de Gipuzkoa “excusar” los hechos “lamentables” que se vivieron en los inicios de una “incipiente” II República. No pretende “disculpar unos hechos terribles que ocurrieron”.

Este suceso en el que siete trabajadores fallecieron a tiros por la Guardia Civil y una treintena de personas más quedaron heridas, tuvo lugar el 27 de mayo, algo más de un mes después de la proclamación de la República. Eran trabajadores de la mar y los “altercados” se produjeron junto al reloj de Ategorrieta, en el marco de una manifestación que llegaba a Donostia desde Trintxerpe, compuesta por marineros principalmente llegados de Galicia. Los ayuntamientos de Donostia y de Pasaia han iniciado contactos con el fin de recordar juntos, por medio de una placa o símbolo de algún tipo, este lamentable hecho, del que se han cumplido 90 años.

 

 

Es más, incluso, ha mostrado su incomprensión porque el Ministro de la Gobernación, Miguel Maura de la Derecha Liberal Republicana, enviará a la manifestación a la Guardia Civil; mientras unos días antes en Madrid, hubo altercados y compañeros de gobierno como Alcalá Zamora y Azaña “se opusieron reacios a emplear las fuerzas de orden público contra el pueblo”. Los altercados de Madrid fueron “muchos más graves y fueron tolerados”.

Sin embargo, ha pedido contextualizar el régimen de la II República que, aunque reconoce que “tuvo sombras, ofrecía luz y esperanza”. “No pretendemos poetizar en el sentido de embellecer o darle carácter poético a este al fin y al cabo breve periodo histórico, pero sí queremos recordar que la población anhelaba que el nuevo régimen resolviera muchos de los problemas del país y lo modernizara. Que se constituyera una auténtica democracia, que se transformara el país, que se beneficiara a los de abajo y se extirpara la vieja política de corrupción y caciquismo. Y que lo hiciera ya”.

Asimismo, ha dicho que era un gobierno “revolucionario” e incluso, va más lejos y ha afirmado que “igual se puede afirmar esto desde el punto de vista del cambio de régimen”, pero ha querido aclarar que “estaban alejados de la revolución social”. Los impulsores de la II República era gente “de orden” y, desde luego, “no pretendían alterar las estructuras sociales y económicas de la noche a la mañana; aunque, pese a las diferencias entre estos partidos, todos ellos pretendían un régimen democrático y moderno basado en la justicia social”.

La dirigente socialista ha explicado que, lamentablemente, la II República llegó en el “peor momento económico posible”: crack del 29, aumento del paro, crecimiento del gasto público, disminución de la inversión privada, incumplimiento de la legislación laboral por parte de terratenientes e industriales, … “Casi resulta incomprensible que en este marco cayera una dictadura y se estableciera una democracia”, ha dicho.

Y pese a estas circunstancias la II República se dotó de una Constitución que definía al Estado como una República democrática, de trabajadores de toda clase con la justicia, la libertad, la igualdad y la paz como principales derechos; una Constitución que reconocía la posibilidad de que las regiones adquirieran la autonomía, que recogía el voto de la mujer, el derecho al divorcio y al matrimonio civil, la separación entre Iglesia y Estado, en definitiva, una Constitución Moderna. “Un Régimen que impulsó grandes reformas en materia educativa, en materia laboral y en el ejército y que aprobó los Estatutos de Cataluña y Euskadi”.

Sin embargo era un Régimen “no exento de problemas” tanto por la derecha como por la izquierda, en la que algunos tomaron la rebelión como forma de lucha para conseguir sus objetivos.