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PSE-EE PSOE Euskal Sozialistak

De la República a nuestros días

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Los años de la dictadura franquista (1939-1975)

Desde la clandestinidad el Partido Socialista mantuvo su actividad con dos claros objetivos. Por un lado, reorganizar el partido a nivel interno y, por otro, conservar el acuerdo con los nacionalistas. Una actitud, esta última, que permitió la vigencia del Gobierno Vasco en el exilio hasta 1960, fecha en que entró en una profunda crisis.

Gracias al trabajo de compañeros como Ramón Rubial la reconstrucción del partido se desarrolló con éxito. Una figura clave que durante años dedicó todas sus energías al partido.

A finales de los años sesenta, la estructura del partido se renovó, pasando el peso de la organización al interior e incorporando una nueva generación de líderes. Una tendencia que se dio, igualmente, en el socialismo vasco.


La Recuperación de la Democracia

La transición democrática en el País Vasco fue semejante a la vivida en el resto de España, aunque con el agravante del terrorismo de ETA. Tras la Ley para la Reforma Política, y antes de las elecciones de junio de 1977, el Partido Socialista participó en la firma del denominado “compromiso autonómico”, lo que significa participar en la vía constitucional para la obtención de la autonomía.

Animados por los resultados electorales el PSE-PSOE (denominación del partido en este momento) centró su actividad en la recuperación de la democracia y la autonomía. Con orgullo, podemos decir, que fuimos el único partido vasco que defendió con igual entusiasmo la Constitución Española y el Estatuto de Autonomía.

Tras diversas negociaciones, el Consejo General Vasco se constituyó en Vitoria, en febrero de 1978, bajo la presidencia de Ramón Rubial, que se impuso, tras varias votaciones, al candidato nacionalista Juan de Ajuriaguerra. A partir de ese momento, el primer Lehendakari de Euskadi de la etapa democrática inició un trabajo intenso, con el objetivo final de satisfacer las aspiraciones de autogobierno de los vascos. El acuerdo entre socialistas y nacionalistas, con las reticencias iniciales de la extinta UCD, había dado finalmente sus frutos.

Tras el proceso constitucional, y las negociaciones para la redacción del Estatuto, éste se aprobó en referéndum el 25 de octubre de 1979.


Nuestros días

Los últimos 25 años han destacado por su intensidad y relevancia. Un periodo que en el País Vasco en materia política se puede aglutinar en tres etapas diferenciadas: Una primera, que se puede denominar de gobierno monocolor del PNV; una segunda con gobiernos de coalición entre el PNV y el PSE-EE; y una tercera de gobiernos de concentración de fuerzas nacionalistas.

Cambios frente a los que el Partido Socialista ha mantenido la firmeza de sus principios: entendimiento político, progreso, estabilidad… En todo momento hemos demostrado, con nuestros errores y limitaciones, ser un partido imprescindible para el futuro del país.

Una trayectoria que los guipuzcoanos han sabido reconocer depositando su confianza en el Partido Socialista convirtiéndonos en la primera fuerza política del territorio en las últimas elecciones provinciales. Acuerdos posteriores entre las fuerzas nacionalistas nos han ubicado en la oposición donde ejercemos nuestra función con responsabilidad y decisión, ofreciendo soluciones a los problemas que preocupan a los ciudadanos.

El PSE-EE representa la alternativa al PNV con un proyecto de país progresista, autonomista y vasquista que garantiza seguridad, progreso y bienestar para Gipuzkoa y el País Vasco.